Dueño de una derecha demoledora y un magnífico juego de
manos y pies, Teófilo Stevenson se consagró campeón olímpico por tercera vez
consecutiva en los Juegos de Moscú 1980, tras las medallas de oro obtenidas en
Múnich 1972 y Montreal 1976. Con este logro, el púgil cubano se convirtió en
uno de los tres boxeadores en la historia que ha conseguido tres preseas
olímpicas doradas, junto a su compatriota Félix Savón y al húngaro Lazlo Papp.
“Los Juegos Olímpicos de Múnich y Montreal son los recuerdos
más grandes que tuve en mi vida, es la mejor etapa de mi carrera”, recordó con
nostalgia Stevenson, este año, en una entrevista para la agencia AP, después
que estuvo hospitalizado 15 días por un problema cardiovascular, y poco antes
de fallecer.
Después de su gran victoria en Moscú, Stevenson sufrió
varios reveses y muchos auguraron el final de su carrera. Sin embargo, el púgil
se propuso ganar otra medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles
1984, una gesta que no alcanzó luego que Cuba se sumara al boicot soviético
para no asistir a dicho evento realizado en suelo norteamericano. Sin embargo,
en 1986 conquistó un nuevo título mundial amateur, al mandar a la lona al
estadounidense Alex García.
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