martes, 6 de noviembre de 2012

EL NOMBRE DEL ESCÁNDALO


Teófilo Stevenson fue un extraordinario atleta y un personaje influyente en la política y el deporte mundial. Sin embargo, así como su leyenda dentro del ring crecía, también lo hacían los mitos urbanos sobre sus problemas de violencia y alcoholismo, cubiertos con un secretismo extremo por el gobierno cubano para preservar al símbolo del ‘deporte revolucionario’.

En entrevista exclusiva para El Nuevo Herald de Cuba, publicada en enero del 2006, la periodista Lisette Bustamente, muy conocida en la isla en la década del 80 y que desertara en España en 1992, reveló que fue violada por Stevenson en una habitación del Hotel Tritón de La Habana, luego que éste ganara el Torneo de la Amistad de 1984 -una suerte de premio consuelo para los países socialistas por su ausencia en los Juegos Olímpicos de ese mismo año en Los Ángeles-, además de ser visitada -posteriormente- por agentes de seguridad del Estado cubano, pidiéndole discreción total para no dañar la imagen de la revolución.

El popular ‘Pirolo’ también protagonizó un incidente en el aeropuerto de Miami, el 23 de octubre de 1999, cuando -en aparente estado de ebriedad- le propinó un cabezazo a un empleado de la aerolínea United Airlines, el cual le partió un diente, obligando la intervención de las autoridades.

La policía del condado relató que Stevenson “olía tremendamente a alcohol”. El excampeón fue liberado tras pagar una fianza de US$ 12,500 e inmediatamente emprendió vuelo hacia La Habana, vía México. Aunque, al no presentarse -posteriormente- a la corte fue catalogado como prófugo de la justicia. Una vez en la isla, la prensa resaltó la figura de su ídolo por haber respondido valientemente a una “provocación de la mafia de Miami”.

“Lejos del ring, me cuesta trabajo decir cosas buenas de Stevenson”, apuntó el historiador del boxeo Enrique Encinosa. “Algunas de sus derrotas fueron con púgiles de escaso nivel. Se dejó usar por el gobierno cubano y cumplió una misión de propaganda”.

Sin embargo, en un raro gesto de contradicción con la política oficial, Teófilo se opuso fervientemente a que se condenara al olvido a Rigondeaux, hoy convertido en campeón mundial profesional, luego de su fallido intento de fuga durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2009. Además pidió públicamente que se le diera otra oportunidad para continuar su carrera.

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