Teófilo Stevenson dijo una vez que prefería el cariño de sus
compatriotas cubanos a recibir millones de dólares para saltar del boxeo
amateur al profesional. Pues con motivo de la conquista de su primer campeonato
mundial amateur, la revista norteamericana Sports Illustrated le
dedicó una portada a Stevenson con el título “Antes Rojo Que Rico” y
un artículo que decía: “Démosle
dos, quizá tres años más, y probablemente tendremos en él a un campeón mundial
de los pesos pesados del boxeo profesional... aunque él asegure que no lo hará”.
Esto reflejaba el deseo que muchos tenían que Stevenson deserte
eventualmente de sus ideales políticos, ya sea en búsqueda de dinero o para
conquistar el tan ansiado campeonato mundial de boxeo profesional. Pero la
realidad era que Stevenson tenía una opinión muy clara acerca del rudo y cruel
mundo del boxeo por dinero y solo estaba interesado en boxear en representación
de su país. Así se mantuvo siempre leal al gobierno de Fidel Castro, rechazando
lucrativas ofertas para convertirse en profesional.
Llegó a desechar, incluso, hasta dos millones de dólares por
fidelidad a la revolución cubana y para continuar sus estudios. Pese a que
diversos expertos coincidieron en que hubiera ganado fácilmente el título
mundial de pesos pesados, y con este una fortuna.
“Es el peleador más perfectamente balanceado que yo haya
visto jamás”, comentó el legendario entrenador estadounidense Emmanuel Steward.
Asimismo, el expresidente Fidel Castro, un apasionado del
deporte, elogió a Stevenson en un discurso pronunciado el 28 de septiembre de
1972: “merece el reconocimiento de nuestro pueblo por sus éxitos deportivos. Él
dejó un ejemplo todavía más valioso, cuando dijo que no cambiaría su pueblo por
todos los dólares del mundo".
Stevenson fue uno de los deportistas más carismáticos y
queridos de la isla, y por eso siempre le perdonaron algunos vicios como su
afición por el alcohol.
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